En Brasil la dolorosa derrota ante Alemania no cayó bien. Apenas era el
minuto 30 del primer tiempo y en el Fan Fest de Río de Janeiro comenzaba
a desatarse la violencia.
Durante la transmisión pública instalada en la playa de Copacabana,
mientras se disputaba el partido de la semifinal entre Alemania y
Brasil, algunos de los asistentes lanzaron petardos y comenzaron a
reñir, llegando hasta los disparos con armas de fuego. La reacción
inmediata de la gente fue comenzar a correr al exterior del evento. Los
más de 20 mil asistentes huyeron desesperadamente para no ser alcanzados
por alguna bala perdida o por un explosivo.
Sin embargo, también afuera comenzaron más riñas entre los aficionados
de Brasil y de Alemania, todos iniciados por los anfitriones. Algunas
incluso eran disputas entre brasileños exclusivamente.
La policía de Río de Janeiro que estaba vigilando el evento no fue
suficiente en un principio, por lo que tuvieron que llegar refuerzos de
la Policía Militar y hasta ahora solamente hay siete detenidos.
Detrás de ellos, las ambulancias. Aunque hasta ahora el número de lesionados no ha sido develado.
En Botafogo, lo aficionados comenzaron a pelear entre ellos, provocando
retrasos en el servicio de transporte. En Sao Paulo, también hubo
disturbios.
Los aficionados, al terminar el partido, destruyeron y saquearon una
tienda de electrodomésticos, además de incendiar dos autobuses de
transporte público.
Los eventos fueron justo al terminar el juego de Brasil, de acuerdo con
la información oficial de la policía. En Curitiba, la policía ha
informado que se han contenido 15 disturbios alrededor de la ciudad.
Todos ellos ocurridos entre el medio tiempo y el final del partido
frente a los alemanes.
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